Hace unas jornadas se celebraba el Día Mundial de la Infancia y, tras haber analizado el impacto de las redes sociales en los menores, con sus pros y sus contras, vamos a explorar cómo la tecnología en general puede afectar a la infancia.
Como sucede con otras muchas cuestiones, la parte positiva o negativa de la relación entre la tecnología y la infancia está condicionada por el nivel de presencia que puedan tener los adultos responsables para evitar (o al menos minimizar) los posibles impactos negativos que pueda haber.
Como bien explican algunos expertos, los menores de hoy en día no son diferentes a los de épocas anteriores, simplemente utilizan unas herramientas que no estaban disponibles para las generaciones de sus progenitores.
Por ello, es especialmente relevante el acompañamiento de los adultos para aprovechar las ventajas que la tecnología puede aportarle a la infancia y reducir las posibilidades de caer en actividades de riesgo.
Ventajas de la tecnología en la infancia
Al igual que las ventajas que ofrecen las redes sociales para los menores, los pros de la tecnología en general también se pueden enmarcar principalmente en el ámbito educativo.
Veamos algunas de estas ventajas:
- Acercamiento a la tecnología. Pensando en el futuro de los menores, un acercamiento al mundo de la tecnología mientras todavía son niños (e insistimos, como veremos más adelante, siempre con el acompañamiento de adultos para evitar posibles riesgos) puede ayudarles en su desarrollo profesional en función de qué camino decidan tomar.
- Ayuda frente a problemas de aprendizaje. En el caso de menores que cuenten con algún tipo de dificultad de diferentes tipos, la tecnología puede ser un apoyo a la hora de desarrollar las habilidades en las que encuentran más obstáculos.
- Fomento de la creatividad. Bien enfocadas, las herramientas tecnológicas pueden ser un gran estímulo para la imaginación y la capacidad de exploración de los menores al invitarles a desarrollar sus habilidades con el impulso a nuevas ideas y un amplio abanico de tipología de proyectos, desde los más artísticos hasta los más técnicos.
- Aumento de la interacción social.Aunque pueda parecer paradójico, mal encauzado también puede ser un inconveniente, como analizaremos en el siguiente apartado. Sin embargo, las posibilidades de interacción social que ofrece la tecnología pueden ayudar en el desarrollo de habilidades sociales o a agrandar el círculo de amistades, con el valor que esto tiene para aquellos menores a los que les cueste más interactuar con sus iguales en el mundo no virtual.
- Fomento de la independencia.Al igual que las ventajas anteriores, tenemos que partir de la base de que este fomento de la independencia solo vendrá si se hace un uso responsable y controlado. Pero lo cierto es que la tecnología puede ayudar a la infancia a explorar y aprender de manera independiente las diferentes aplicaciones y dispositivos acordes a sus diferentes edades.
Problemas de la tecnología con la infancia
Algunos de los riesgos a los que los menores se enfrentan a la hora de encarar su relación con la tecnología pueden evitarse una utilización adecuada y equilibrada.
Por si acaso, vamos a recordar los principales problemas con los que pueden encontrarse:
- Uso inapropiado. La falta de supervisión puede generar un uso excesivo de los dispositivos, que además conlleven una serie de repercusiones negativas en otros aspectos de la vida, como cambios en las rutinas del sueño, vida sedentaria o pérdida de contacto con la familia o amistades previas. En un caso extremo puede desembocar en la bajada del rendimiento escolar o incluso la depresión.
- Abuso y acoso.Algo que puede suceder también a través de las redes sociales, y es el impacto negativo que puede tener en la salud mental los insultos o el ciberacoso.
- Apuestas y juego online.Determinados componentes adictivos que pueden darse en determinados juegos online pueden traer aparejados problemas de salud o incluso de convivencia, con el riesgo de adicción que esto puede generar adicionalmente.
- Condutas de riesgo. Sobreexponer la imagen o mantener contacto con desconocidos puede desencadenar situaciones de riesgo que desemboquen en presiones o chantajes.
- Contenido inapropiado.Poder consumir contenido pensado para edades superiores (o niveles de maduración mayores) puede ser un catalizador de conductas inapropiadas, en las que se normalicen o incluso se inciten conductas violentas.
- Bajo nivel de supervisión parental. Todos los riesgos expuestos anteriormente pueden estar condicionados por un escaso nivel de los adultos del entorno lo que deriva en utilizaciones inadecuadas con las consiguientes exposiciones crecientes a peligros además del escaso control que minimice usos intensivos o poco saludables.
- Aislamiento social. Pese a que pueda parecer paradójico al estar conectado con otra gente, en el plano no virtual puede desembocar en pérdida (o no adquisición) de habilidades sociales y de comunicación.
- Descenso de la agilidad mental. El abuso de herramientas tecnológicas puede hacer que se pierda la capacidad de cálculo al tener a mano herramientas que simplifican este proceso mental.
Conclusión
Un nivel de acompañamiento adecuado por parte de los adultos puede ayudar, desde luego, a reducir la exposición a los peligros que un uso inadecuado de la tecnología puede acarrear. Sin embargo, otros elementos (como el sistema educativo, otros menores de su entorno bien informados, las propias instituciones e incluso la industria tecnológica) también deben jugar un papel relevante en la protección de la infancia en esta materia.
Por ello, algunos expertos abogan por acotar un tiempo razonable de uso diario sin imponer ni consentir, pero marcando claramente los límites de qué puede y qué no puede hacerse.
Igualmente, es relevante desde el entorno familiar promover otras posibilidades de ocio (como el deporte, la lectura, la pintura, la música, etcétera) para minimizar el abuso y el uso intensivo de los dispositivos, sin caer por ello en la estigmatización de la tecnología.
